Con un poco de retraso llega a mis manos el ejemplar de esta semana de The Economist (en teoría llega a los kioscos el viernes pero a mi buzón llega el lunes), y la portada es sencillamente demoledora para España y los españoles, el editorial principal se dedica a España aunque en realidad se centra en la incapacidad de los políticos para salvar la Eurozona, porque si España entra en default la siguiente es Italia, y después quién sabe...
El crecimiento en Europa está bajo mínimos, esto afecta a EE.UU. y también a las economías emergentes que empiezan a enfriarse, para poder ir más allá de austeridad y recortes hace falta más integración dentro de la U.E. (deuda incluida) y mucha menos miopía de países como Alemania.
Pero la verdad es que a los políticos nada les parece realmente urgente, ninguno renuncia a sus vacaciones a pesar de que la quiebra o el rescate de España no evitarían posteriores ataques de especuladores a la deuda de países como Italia o incluso Francia, simplemente el primero de los casos podría causar una recesión a escala europea sino mundial. El autor del artículo lo deja bien claro, pero a pesar de ser la lectura de cabecera en todas las cancillerías de Europa no creo que tenga efecto alguno, simplemente basta con leer este párrafo sobre la actitud de los políticos de la U.E.:
"Their task is indeed inmense, but as they disappear to their chateaux and beach vilas, trust is draining away and time is not their friend".
Porque no basta con que España haga sus deberes, ¿en el resto de la U.E. no hay problemas?, por ejemplo, ¿sólo las empresas españolas tienen dificultades para convertirse en líderes en sus sectores?, me temo que no, desde 1975 sólo una empresa de la Eurozona ha entrado en el club de las 500 empresas más grandes del mundo, y no es alemana, sino gallega: Inditex.
Para poner las cosas en perspectiva baste con decir que en ese período de tiempo sólo en California se crearon 26 empresas que entraron en ese selecto club.
La pregunta no es si Europa va a poder salvar a España sino si va a ser capaz de salvarse a si misma o pronto en el Norte van a comenzar a sentir verdaderamente como se vive en los PIIGS, y sus sociedades no están dotadas de ciertas redes de seguridad (familiares) de las que si disponemos los mediterráneos.
O se nos ha olvidado que el impulso para crear el Euro no vino precisamente de Madrid, Roma o Atenas.....
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