sábado, 1 de junio de 2013

10 modos de mejorar el rendimiento de una PYME

En dos líneas: este post lo publiqué originalmente hace unos meses (en diciembre de 2012) en el blog de Movistar "Con Tu Negocio" pero sigue siendo un tema de perfecta actualidad y me gustaría compartirlo con vosotros. 

Así que aquí tenéis el post, por cierto, para acceder a otros posts que he escrito (por ejemplo ayer) para "Con Tu Negocio" simplemente seguid este link.


10 Modos de Mejorar el Rendimiento de una PYME


Cuando converso con el dueño o el gerente de una pyme sobre cómo mejorar del rendimiento de su empresa aunque podamos dedicar tiempo a la tecnología o a metodologías de administración de empresas más o menos sofisticadas al final de un modo u otro se llega a la típica pregunta del estilo siguiente: “me parece muy bien todo lo que me has estado explicando y lo que podemos hacer con lo que me propones, pero qué es lo que tengo que hacer siempre para mejorar el rendimiento mi empresa independientemente de la tecnología o del último método del management estratégico”. 

Me han hecho tantas veces esta pregunta en sus distintas versiones que tengo preparada una presentación en Power Point para responderla del mejor modo posible y ahora me he planteado el reto de ir un poco más allá y condensar esa presentación en 10 cuestiones que la persona que dirige una pyme debe siempre tener en consideración en la búsqueda de un mejor rendimiento tanto operativo como financiero de la misma. 

1. Vigila el proceso de toma de decisiones en tu empresa: es la parte más difícil del rol del directivo , en la pyme se toman decisiones en entornos muy cambiantes con escasa información y hay que hacerlo en plazos muy cortos, sabiendo que el precio de la inacción es la inacción definitiva, en otras palabras, el cierre. Siempre que se tome una decisión hay que hacerlo con entusiasmo y confianza a la vez que sin olvidarnos de ser humildes y aprender de nuestros errores, y es que la mejor de las decisiones no tiene valor alguno si no se implementa.




2. Por favor, piensa de un modo estratégico, por favor, por favor,……: de tanto centrarnos en tapar los agujeros del día a día no nos damos cuenta de que el barco que es nuestra empresa navega sin un rumbo claro, lo normal en este caso es acabar encallando en algún bajío o hecho trizas en un acantilado, el resultado es el mismo, un naufragio. Sin pensar en el medio y largo plazo nuestra empresa acabará siendo un pecio más. 





3. Mima tus activos más importantes: son las personas que trabajan contigo y tus clientes, el orden es cuestión de gustos y filosofías, aunque en tiempos como los actuales al final los clientes deberían ser lo primero que ayude a la supervivencia de la pyme. 









4. Concéntrate en tus operaciones: las operaciones son las actividades que tienen como resultado nuestros productos y servicios, en consecuencia son el único modo real de mejorar el rendimiento de una empresa. En resumen, una empresa son sus operaciones y cuando hablamos de rendimiento hablamos de cuan bien llevamos a cabo nuestras operaciones. 






5. Concéntrate en tus productos (y tus servicios): hoy en día la mayoría de productos son en realidad una combinación de productos y servicios, en todo caso, siempre hay que entender el foco en los productos como la vigilancia constante de lo que los clientes quieren y cómo encontrar productos que satisfagan dichas necesidades. 







6. Sé que lo sabes, pero no te olvides de buscar la máxima calidad en lo que hace tu empresa: siempre hay que ser consistentes en este esfuerzo y considerar la calidad como un conjunto de factores que muestran como de bien nuestros productos satisfacen la demanda de los consumidores. Nuestra visión de la calidad no la deben dar las certificaciones sino nuestros clientes y siempre debemos responderles superando sus expectativas. 





7. Diseña los procesos de tu empresa, si no lo haces tu otros lo harán por ti y ya sabes…: basta con partir del concepto de proceso, que se puede definir como un conjunto de tareas que unidas dan como resultado la generación de valor para el cliente. Si no tenemos control sobre algo tan vital como nuestra capacidad a la hora de generar valor para el cliente los problemas están a la vuelta de la esquina.






8. Hay que tener un plan preparado para casi todo: comenzando por esforzarse en conseguir los mejores pronósticos posibles sobre la demanda futura de tus productos y servicios, el alcance de los mismos dependerá en buena parte del histórico de datos disponible. Además hemos de considerar a la planificación como un proceso iterativo que debe desembocar en plan razonable para nuestros distintos requerimientos. 




9. Mucho ojo con tu cadena de suministro: para muchas empresas la cadena de suministro es una de las grandes olvidadas y ese descuido suele costar clientes y, por lo tanto, mucho dinero. 









10. Al final para poder gestionar siempre hay que medir: sea cual sea nuestra circunstancia hay que tomar decisiones partiendo de datos y marcándonos objetivos cuya realización podamos verificar.

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